Conexión entre obesidad y cáncer: una nueva perspectiva molecular

13/06/2025

Fondecyt Regular 2025

Conexión entre obesidad y cáncer: una nueva perspectiva molecular

La investigación titulada “El papel de las vesículas extracelulares derivadas de adipocitos que contienen Caveolina-1 en la promoción de angiogénesis tumoral”, liderada por el doctor Andrew Quest, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina, busca entender cómo los exosomas liberados por células grasas promueven el crecimiento de tumores, abriendo puertas a nuevas estrategias de prevención y tratamiento.

El cáncer continúa siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, debido en gran parte a su capacidad de diseminarse desde el sitio primario hacia órganos distantes, fenómeno conocido como metástasis. Para que los tumores puedan crecer y propagarse, necesitan formar nuevos vasos sanguíneos que les suministren oxígeno y nutrientes. Este proceso, conocido como angiogénesis, es un requisito fundamental para la progresión tumoral.

La relación entre obesidad y cáncer está bien documentada desde la epidemiología. Al menos 13 tipos de tumores muestran un mayor riesgo de aparición en personas con exceso de tejido adiposo. Pero, ¿Cuáles son los mecanismos celulares que explican esta asociación? Precisamente esa interrogante es la que motiva la nueva línea de investigación liderada por el doctor Andrew Quest.

“Originalmente se creía que las citoquinas proinflamatorias producidas por el tejido adiposo eran las responsables de la relación entre cáncer y obesidad, pero nosotros estamos apostando por otra posibilidad”, planteó el investigador.

“En este estudio —añadió— nos enfocamos en una proteína llamada Caveolina-1, o CAV1, que se encuentra tanto en células sanas como cancerosas. Descubrimos que, en las células cancerosas, la CAV1 se comporta de manera diferente y desempeña un papel clave en hacer que los tumores sean más agresivos”.

Desde células grasas hasta redes vasculares: el camino de la Caveolina-1

La Caveolina-1 (CAV1) es una proteína estructural asociada a la formación de caveolas, pequeñas invaginaciones de la membrana plasmática. Su rol en el cáncer ha sido foco de trabajo del laboratorio del doctor Andrew Quest desde hace años, particularmente por su presencia en vesículas extracelulares —también conocidas como exosomas— secretadas por células tumorales.

“Estas vesículas, al ser liberadas por células de cáncer en tumores, pueden viajar a través del torrente sanguíneo y llegar a tejidos y órganos distantes, donde reprograman las células del entorno, creando un microambiente propicio para la metástasis”, explicó el investigador. Este fenómeno es altamente relevante, ya que, como él mismo aclara, “la mayoría de las muertes por cáncer se deben a la metástasis, no al tumor primario”.

En investigaciones previas, el equipo de investigadores observó que las células tumorales en etapas avanzadas expresan CAV1, y que esta proteína se incorpora a los exosomas. Inicialmente, se pensó que la Caveolina-1 era transferida directamente a otras células, contribuyendo a su comportamiento agresivo. Sin embargo, los resultados experimentales refutaron esa hipótesis.

“Descubrimos que la CAV1 no se transfiere como tal, sino que modula la composición del exosoma desde su origen”, precisó el doctor Quest. “A nivel del cuerpo multivesicular, la Caveolina-1 promueve la inclusión de otras proteínas que sí ejercen efectos biológicos en las células receptoras, siendo estas últimas las que impulsan la metástasis”, detalló.

Del adipocito al tumor

Este nuevo proyecto Fondecyt Regular 2025 comenzó formalmente el 1 de abril de 2025 y se extenderá por tres años. Su hipótesis central plantea que las vesículas extracelulares derivadas de adipocitos —células grasas— con alta expresión de Caveolina-1 (CAV1) promueven la angiogénesis tumoral, es decir, la formación de nuevos vasos sanguíneos que favorecen el crecimiento del tumor.

La investigación se estructura en torno a tres subobjetivos principales. El primero busca confirmar la presencia de Caveolina-1 en las vesículas extracelulares derivadas de adipocitos. El segundo se enfoca en caracterizar, mediante técnicas de análisis proteómico, los cambios en el contenido proteico de los exosomas tras eliminar la expresión de CAV1 (knockout).

Finalmente, el tercer subobjetivo busca evaluar en ensayos in vitro, la capacidad de estas vesículas para inducir angiogénesis mediante pruebas de formación de redes vasculares, además de demostrar en modelos in vivo que las vesículas que contienen Caveolina-1 favorecen efectivamente la formación de vasos sanguíneos y, por ende, el crecimiento tumoral.

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